Diez negritos, de Agatha Christie

DIEZ NEGRITOS

POR AGATHA CHRISTIE

 

Diez Negritos es una de las más famosas novelas policiacas del mundo y se podría decir que, hasta cierto punto, es la novela más famosa de la autora Christie.

La trama no empieza hasta que los diez pasajeros (o negritos) logran desembarcar en la famosa Isla del Negro. Las primeras páginas son dedicadas a hacer una breve descripción de los personajes y a limitarse a contar el motivo por el que han sido invitados a esta isla. También, deja entrever los oscuros secretos que albergan nuestros protagonistas, quienes no se esperan que en aquella grandiosa casa vayan a pasar de todo menos unas agradables vacaciones.

A continuación, voy a proceder a mencionar brevemente a los personajes y a explicar qué papel desarrollan en la isla.

En primer lugar, tenemos al doctor Armstrong, quien es un “brillante” médico muy de moda en la época y que prácticamente su clientela no le da ni un respiro para unas vacaciones. Con su reciente popularidad, fue invitado a pasar unos días de descanso en la famosa isla del Negro, que también poseía cierta fama debido a la gran mansión que albergaba y a la desconocida identidad del propietario.

En segundo lugar, nos encontramos al ex-inspector Maine, quien acudió a la isla bajo una identidad falsa que no tardó en ser descubierta en la primera cena. Su nombre falso era Blore y supuestamente era un ex-colono de África. Fue invitado para resolver un misterio que preocupaba a los propietarios pero también se dio cuenta pronto de que eso era una trampa.

Siguiendo el guión, nos encontramos a la señora Brent, una anciana soltera que parece ser una invitada de una vieja amiga. Su personalidad estricta y su cristianismo extremo le han hecho realizar acciones de las que guarda grandes remordimientos sin ser plenamente consciente de ello.

Por consiguiente, la señorita Claythorne es una joven institutriz que perdió su trabajo tras un fatídico “accidente” con el que no solo perdió a su alumno, sino también al que consideraba el amor de su vida. Con este personaje, la frase que más me define al respecto sería que “las apariencias engañan”, pues detrás de esa dulce voz y mujer alegre se encontraba una… ¿asesina?

Después de Vera, toca presentar al capitán Lombard, a quien sus actuaciones como militar no deberían de orgullecer. En toda la mayoría de la obra se muestra sarcástico y entusiasta, con lo que podemos apreciar como la desesperación se va apoderando de él mientras algunos de sus compañeros de viaje van siendo asesinados misteriosamente. He de recalcar que es el único que posee un arma de fuego en la mansión.

Vamos con el general McArthur. Era un militar viudo y viejo que vivía más del pasado que del presente. En muchas ocasiones, en pleno diálogo parecía delirar brevemente y hablar de un tema totalmente distinto. Él fue llevado a la isla bajo el pretexto de que allí se reencontraría con varios excombatientes suyos de la Primera Guerra Mundial.

Después de este, tenemos al famosa “juez de la horca”, cuyos veredictos se tachaban de injustos y abusones. Mandaba a la horca a todo aquel que se le pusiese por delante sin pensar en su inocencia. Llegó a la isla del negro con una carta de una vieja amiga a la que no veía desde hace años.

Prácticamente terminando, tenemos a Anthony Marston, un joven rico y caprichoso que no respondía ante sus actos bajo ningún concepto. Se veía superior al resto y siempre se encontraba disfrutando y riendo, aunque tampoco le dio tiempo a descubrir el verdadero motivo de su estancia. Fue invitado por unos amigos, a pesar de que el emisor de la carta ni siquiera se encontraba en el país.

Por último, el matrimonio Rogers, sirvientes de la casa y con un pasado no tan inocente como aparentaban.

Mis sospechas de que nada bueno iba a acontecer en aquel islote empezaron cuando Vera Claythorne encontró un cuadro en la pared con una canción de cuna un tanto macabra, la nana de los Diez Negritos y cuando los demás invitados confirmaron que también se encontraba en sus paredes. Durante la primera cena en la estancia, ninguno se imaginaba que un disco con voz automática iba a empezar a anunciar a sus compañeros la verdad de cada uno de estos: todos habían cometido al menos un asesinato. Hasta Emily Brent como los Rogers habían sido el verdugo de alguien. Lo que pareció empezar como una broma se convirtió en una macabra pesadilla, pues el asesino mataba a sus víctimas exactamente igual que como aparecía en la canción.

Marston se asfixió cuando alguien le echó algo a su copa.

La Señora Rogers se fue dormir y jamás despertó cuando alguien manipuló su medicina a propósito.

El general McArthur recibió un hachazo en la nuca mientras observaba el mar.

El señor Rogers fue a cortar leña y jamás regresó debido a un fuerte hachazo también.

Emily Brent fue asesinada con un veneno que el asesino inyecto en su cuello simulando la picadura de una abeja y cuyo animal se encontró revoloteando en la escena del crimen.

Wargrave fue encontrado con un ovillo de lana en la cabeza y una cortina roja puesta en el cuerpo simulando a un juez. Le “pegaron un tiro en la cabeza”

El doctor Armstrong fue arrojado al mar y se ahogó.

Maine fue asesinado cuando un gran reloj con forma de oso le aplastó la cabeza cayendo desde la habitación de Vera.

Lombard murió en un forcejeó por su propia pistola con Vera, que se disparó acabando con su vida.

Vera se terminó ahorcando en su habitación.

¿Adivinas al asesino? El autor lo confesó en una carta que se encuentra surcando los mares en el interior de una botella.

Toda la novela está llena de intriga y de detalles que tienes que hacer encajar. Es refrescante y divertido el modo de escribir de esta autora y me encanta la manera en la que cierra los libros. En estas, puedes observar el desarrollo anímico de los personajes claramente. Me mantuvo tan enganchada a la trama que me terminé en libro en la madrugada del segundo día. Hay una cosa con la que estoy de acuerdo con el resto de lectores de Agatha Christie,

El asesino es quien menos te esperas.


Nazaret (4º ESO)

 

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